martes, 19 de abril de 2016

Apuntes del taller de literatura erótica. El cortejo.




Saludos lectores,

De nuevo publico otro apunte del taller de literatura erótica que realizo en mi ciudad. Tienen disponible el tema de LOS SENTIDOS, LAS PALABRAS, SUGERIR EN VEZ DE EXPLICAR, DIÁLOGOS y LOS OPUESTOS. Hoy toca conversar sobre EL CORTEJO.

El erotismo en una obra está mayormente presente en el juego previo antes de la consumación sexual, incluso, no es necesario llegar a la consumación para que la historia pueda estar cargada de una alta dosis de erotismo.

El cortejo es la selección y atracción de una persona a otra con el fin de establecer una relación íntima. Este es el primer contacto que realiza una pareja antes de llegar a un punto más candente. El momento en que se eligen y se enciende la llama del deseo.

Según los científicos, el cortejo humano, o sea, las pautas de aproximación sexual que dan lugar al emparejamiento (y apareamiento) es el más largo de la naturaleza. Comienza por una mirada, luego por el oído, siguiendo por el olfato para finalmente tentar al tacto y al gusto. Sin embargo, el cortejo como lo conocemos los humanos, va más allá de lo físico. El cortejo viene a ser el tiempo, los regalos y las finezas que un hombre se encargaba de hacer ante una mujer cuando la pretendía amorosa o sexualmente, o incluso, de una mujer a un hombre. De otra forma, buscar como agradarse o seducirse.

Una práctica que se ha perdido, incluso en la literatura. ¿Cómo podríamos recuperar ese componente?


Mirando a los ojos de los demás para encontrarnos a nosotros mismos intentando plasmar luego esas emociones en el papel. Buscar la intimidad del encuentro, el erotismo amoroso que una vez hallamos en los ojos de nuestras parejas y nos llevó a sumergirnos en las aguas del placer, sin palabras, permitiendo que el cuerpo se expresara libremente.

La profesora nos propuso jugar a mirar a desconocidos en la calle, captar esos rasgos que nos seducen y darnos licencia de dejar correr la imaginación. ¿Cómo podríamos abordarlos? ¿Cómo los atraemos? ¿De qué atributos sexuales nos valemos para llamar su atención?

Imaginemos en una discoteca a una chica que tiene ganas de sexo y se encuentra con un chico con la misma tensión sexual, parece fácil, ninguno quiere irse por las ramas, solo buscan obtener su porción de orgasmo y listo. Pero más allá hay otro chico que fija su mirada en alguien que le gusta, la chica despliega sus encantos, coquetea mientras habla y vuelve a buscar su mirada, el chico fantasea con la chica y ella con él, hasta que uno de los dos se acerca, hablan, se ríen, se gustan, se desean. Estos últimos han aplicado el cortejo a su juego de seducción. Las dos parejas descritas tendrán experiencias muy distintas al hacer el amor. Quizás una sea más satisfactoria que la otra.

La atracción sexual es natural, sin embargo, la seducción es un ritual, un arte de cortejo para realizar la conquista del otro, cultivando el deseo con nuestros recursos, intentando llamar la atención de quien nos gusta, conectando, ligando, etc.

Carla Pérez Martí, psicóloga y sexóloga, en su artículo Seduccióny erotismo: el motor del deseo, nos dice:


“Hemos crecido con la idea de que sexualidad es coito, porque la cultura judeocristiana relegaba el sexo a un fin reproductor. Hemos de cambiar la creencia de que el fin de la sexualidad es la penetración y recuperar así el placer del contacto con la piel, el juego y la fantasía, cultivando la ternura y la comunicación del cuerpo… Podemos ir más allá y cultivar lo erótico, buscando complicidad con la pareja, haciendo erótica a la persona que se desea y a uno mismo… Los besos suaves y prolongados, generan un ambiente mucho más erótico que los besos rápidos. En general todo gesto hecho con lentitud, cobra de repente, una dimensión erótica”.



A la hora de escribir erótica, no dejemos de lado el momento del cortejo, de la lentitud de la seducción y la capacidad de atracción.


“MARABUNTA”
Alberto Ruy-Sánchez

Cuando te miro
me crece
un ejército de hormigas.

Avanza rumoroso por mis manos.
Me estira la piel.
Se anuncia, no me deja.

Desde mis piernas respiran
un aire diminuto, entrecortado.

Desde el fondo
de mi vientre
presienten la obscuridad
más húmeda
del tuyo.
Como un sol negro
las hipnotizas.

Te huelo y
mis hormigas
se trastornan,
se tambalean.

Te toco
¿o sueño que te toco?
y corren enloquecidas.

Desde el fondo
de mi sangre
apresuradas,
sueñan
que hunden sus dientes
en tu carne,
y en la mordida sienten
tu parpadeo.

Crece en el aire
la anchura palpitante
de labios largos
entre tus piernas,
enrojecidos.

Tu más bella flor
carnívora
saborea sin cesar
el paso tenaz
demorado y repetido
de todas mis hormigas.

Adentro
te descubro
hecha de hormigas negras
desquiciadas,
tan necias como las mías.

En el espejo doble
de hambre y sed
y sed y hambre
que ilusamente llamamos
nuestros cuerpos,
tus hormigas y las mías,
se topan boca a boca.
Se reconocen o se imitan,
se devoran o se extravían
confundidas
entre tantas hormigas
tan mordidas.


Nos leemos la próxima semana.
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1 comentario:

  1. Umm Yo Tengo Una Pregunta, Cuanto Debe Durar El Acto ? Cuantas Ojas?

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