lunes, 2 de julio de 2012

Época Medieval | Por Camila Winter




En el artículo de hoy Camila Winter, escritora uruguaya y apasionada de la historia, nos contará el proceso de investigación de una de sus novelas en la época medieval y nos revelará información importante por si deseas escribir bajo este subgénero.

Leí varias biografías y archivos del rey llamado el santo, hablo de San Luis de Francia para poder escribir mi novela El corazón de la doncella. 
En principio se llamó la Piedra mágica y tardé como dos años en terminarla. Aunque dicho rey es un personaje secundario y aparece obsesionado por pillar al temible hechicero español (por favor no se quejen de que en las novelas los españoles siempre sean los malos, porque en Hollywood los latinos somos siempre los malos y, en mi novela, no es malo en realidad el personaje de Alfonso Amir, el nigromante español, sino un médico que experimenta con artilugios para curar). 
Dicho personaje tiene ciertas similitudes con otro que encontré en un libro sobre leyendas de España y me pareció sumamente interesante que cierto médico cortesano se comunicaba con un espíritu para que le dijera como curar. 

Pero hablando de Luis de Francia que vivió en el siglo XIII y que fue uno de los reyes más queridos de Francia, he de aclarar que sí, era un poco fanático y que quienes le ponderan eran en primer lugar la Iglesia Católica y ciertos historiadores que vieron en ese rey cruzado, amantísimo de la fe católica, un hombre piadoso y justo, que recibía cuatro misas al día, dos de ellas cantadas y sus cortesanos debían acompañarle.

Tuvo un montón de hijos, uno de ellos murió en una de las cruzadas. Y sí, era un rey cruzado y organizó dos cruzadas muriendo en la última. Los ciudadanos de Paris podían ir al palacio a pedir justicia y contarle sus cuitas. 

Un rico mercader fue juzgado por sus desmanes, y no fue necesario perseguir a los amantes de la hechicería como ocurrió en mi novela (un dramatismo necesario para causar emoción) porque entonces quienes practicaban las malas artes lo hacían con sumo celo y cuidado. 

Las brujas medievales eran curanderas, que sabían de hierbas, de medicina casera que aún hoy se utiliza en los pueblos y ciudades pequeñas, su extraña fe era herencia de los dioses paganos que la Iglesia católica se empeñó en exterminar. 

Ir a misa, comulgar, estar en paz con el alma y con Dios, despreciar lo terrenal y luchar contra las tentaciones era la vida del hombre del medioevo. Pero existían los pecadores, las expectativas de vida eran de no más de 40 años, por eso las jóvenes se casaban a los 15, porque tal vez ni siquiera pudieran sobrevivir a los partos. 

La amenaza de la peste era latente y ocurría igual a las películas, un virus mortal que asola la humanidad y la extingue, en esos tiempos desaparecían familias enteras, ciudades de Europa fueron diezmadas durante la gran epidemia de la peste negra de 1347. No había posibilidad de escapar, moría el niño pequeño sin defensas, la madre que lo cuidaba, sus hermanos, sus sirvientes, todos morían. Era terriblemente contagiosa, el hálito contagiaba, los barcos cargados de mercancía de Asia llegaban a Europa portando el temible mal, trasmitido por la pulga de la rata. Aunque no lo puedan creer. Pero en la edad media las pulgas y chinches atormentaban vivamente a sus habitantes, y en el célebre manuscrito medieval el Menagier de Paris, su autor escribe una especie de tratado sobre el ama de casa dedicado a su joven esposa en el cual le da algunas recetas para deshacerse de estos molestos insectos. 

Frente a la angustia de las privaciones, del hambre, y una vida corta, ese hombre se enfrentaba a sus deseos violentamente reprimidos por la fe. Pero hasta el más feroz de los pecadores se asustaba cuando llegaba su hora, si tenía tiempo de enterarse por supuesto y entonces pedía recibir la última confesión porque irse de ese mundo sin recibirlo era el peor de los castigos. 

Sobre este sacramento, llamado luego la extremaunción hay una película muy interesante llamada El devorador de pecados que trata de este ritual. El alma abandonaba el cuerpo y se iba al purgatorio, paraíso o infierno, pocos llegaban al paraíso, y algunos iban directamente al infierno, pero el purgatorio era el lugar más seguro. Y este hombre medieval creía que comprando indulgencias podría ir al cielo, cuando sus pecados seguramente le llevarían junto al resto, al purgatorio. 

Es muy interesante en la Divina Comedia, de Dante Alighieri (un clásico del Medioevo) ver a los condenados ir al infierno por pecados terribles, y la genialidad de este escritor se luce en el recinto del dolor, el lugar más terrible, enviando a sus enemigos, a los fratricidas, a ese lugar. Mientras que en el paraíso estaba su amada Beatrice, a quien amó pero jamás pudo tener. En esta obra se resume el espíritu medieval, espiritual, pero dominado por las pasiones, celoso de su fe... 

Esto solo una parte, por supuesto. Tampoco debemos pensar que los hombres en la edad media vivían temiendo la peste, sabiendo que no llegarían a vivir mucho tiempo, cuidándose de no pecar. Tal vez lo intentaban, luchaban contra sus debilidades de simples seres humanos. Y en algunos aspectos, salvando distancias y abundante tecnología, esos hombres y mujeres no se diferencian mucho de nosotros. Amaban, reñían, trabajaban, reían, intentaban ser felices.


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Fuente:





Camila Winter que nació un soleado 25 de diciembre, se presenta así: Vivo en una casa con un gran jardín en El Pinar Canelones, junto a mis tres hijos, cuatro perros y dos gatos. Me encanta la naturaleza, las mascotas y los libros. Leo mucha historia, me encanta el medioevo y los libros con la historia social pues me apasiona saber como vivían y pensaban las personas en otra época, lo que me ayuda a dar un marco vivo a los personajes y a la historia. También leo novelas románticas, me encanta Rosamunde Pilcher, Catherine Gaskin, Prosper Merimée y Edgar Allan Poe...


Y tú ¿Qué opinas? Me gustaría saber tus comentarios y si tienes alguna duda sobre la época medieval, siempre puedes recurrir a Camila Winter.



¡Hasta la próxima!








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3 comentarios:

  1. Me encanta la historia medieval y Camila es estupenda en el tema. En cuanto pueda me compro sus novelas que me apetece mucho leerlas!!!
    Felicidades por este estupendo artículo!!

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  2. Muy buena entrada, tu siempre tienes buenos artículos históricos. Gracias por esa información.

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  3. Me gusta la referencia a las mujeres paganas. La brujería, tal como ha dicho Camila es la herencia de los antiguos dioses y al prohibirse sus practicas medicinales muchas enfermedades, como la infección en los partos, fueron inevitables. Con el Cristianismo llega el juicio a la mujer que debe parir con dolor, con lo que las medicinas estaba prohibidas para las parteras.

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