miércoles, 29 de junio de 2011

39 cafés y un desayuno | Lidia Herbada

por Lidia Herbada

Quiero ser ganada (Max Demián-Herman Hesse)



La literatura es un camino de fondo, dónde sólo quedarán los valientes y los pacientes. La paciencia es una gran amiga que una conocerá en este mundo editorial la llevará de por vida en la maleta. Una amiga me dijo una vez que a escribir se aprende escribiendo, y yo le añadí: leyendo y observando. En la calle están las historias. La gran escritora Carmen Martín Gaite siempre decía que le gustaba viajar en autobús, porque detrás suya siempre había una historia.

Hay que leer muchísimo, disfrutar de los clásicos, a Eurípides, a Sófocles, a Platón, ahí se encuentra nuestra raíz literaria. En las grandes tragedias griegas están los grandes culebrones.

Luego si uno introduce un poco de literatura rusa, unida a los grandes hispanoamericanos, como Borges, Cortázar, o nuestro premio nobel Vargas Llosa, empezamos a trabajar el camino.

También a los grandes actuales, todo lo que caiga en nuestras manos será bienvenido.

Aprendamos de ellos. Nuestro cerebro tiene que ser una esponja en continuo movimiento. No hay bueno ni malo. Nunca he conocido a nadie que escriba bien sin beber de las fuentes de otros, pero también digo que eso no suficiente. Hay que conectar con el lector. Lo importante es llegar hasta él. Ser auténtico. Transmitir. Interactuar con él. Cuando uno tiene un folio en blanco, hay que dejar que fluya. Que las musas sobrevuelen tu cabeza. Si estás desganado, vete a la calle, y luego vuelve. No escribas forzado. Para ser escritor, hay que ser también un gran solitario, “aguantarse mucho a uno mismo”. Tener mucho mundo interior, y no asustarse de él.

Cuando uno escribe, debe buscar algo que le guste a él, no porque el mercado te pida temas existenciales, y temas históricos uno tiene que ir a por eso, fallará si no es nuestro campo, porque no le pondremos pasión. La pasión como habla Jeanette Winterson es fundamental para desarrollar un libro.

Elige un tema, escribe desde el corazón, y conectarás con tu público. Hay miles de gustos, eso vendrá después. La verdad siempre llama.

Desde muy pequeña escribía a todas horas, hiperbreves, poesía, relatos cortos, creaba
continuamente historias dentro de mi, por eso vivía muchas más vidas en una.

Con la escritura te sientes viva, porque todo lo que no ocurre en la vida, lo puedes crear. Hay que pensar y luego escribir. Si es novela coral coge una pizarra y haz un árbol, eso lo hacía mucho Irene Nemirovsky con la Suite Francesa.

Hay una parte muy innata en el escritor, pero hay otra parte que va unida al tesón, y la que aquí voy a exponeros, para que si alguna vez alguien tiene este sueño, que cuando lea estas líneas, se anime piense que se puede, porque cuando hay un “deseo proyectado” es más fácil conseguirlo.

Así se creó 39 cafés y un desayuno, mi ópera prima. Quedé finalista en un premio de la Editorial Grup Lobher con Redes Antisociales. De un relato corto divertido puedes desplegar una historia grande. Todo vale. No tires nada a la basura.

Luego quedé finalista en poesía con Tu Voz en Mi. Es importante escribir todos los géneros y leer todos los tipos. Es positivo mientras uno escribe novela, intercalar otros géneros para divertirse. ¿No lo había dicho? Importantísimo: Que te
divierta escribir. Que no te dé quebraderos de cabeza. No decir “el día de mañana escribiré”. ¿Por qué no hoy?

Cuando uno tiene su manuscrito, lo primero que tiene que hacer es registrarlo en la Propiedad Intelectual. Es importante esta parte, son unos doce euros, y te va a dar la tranquilidad, que cuando lo mandemos a editoriales, éste estará seguro. A ellas también les gusta, porque ven seriedad en lo que haces. Cuando uno registra, uno cree en él. Hay que creer que vamos a conseguirlo. En mi caso, prefiero registrar que pasar el manuscrito entre amigos, estos te darán millones de ideas, y acabarán creándote dudas. Y si la inseguridad viene de uno mejor. Uno tiene que reforzar su ser y estar plenamente seguro de lo que escribe, que él se compraría el libro.

Aquí comienza el periplo de editoriales, muchas te hablarán de coedición (poner dinero), de autoedición (poner dinero, y la cama :), personalmente para mi éste es el último recurso, porque para eso, uno también se puede colgar en Amazón o en cualquier librería digital, pero luego no va a poder entrar en las librerías. Ir de la mano de la editorial, siempre nos va a abrir más puertas, sobre todo a la hora de la distribución y promoción, por lo tanto, todo será una cadena. Estamos en Tiempos Modernos.

Quien diga que las ventas no son importantes, creo que no es del todo sincero. Todos queremos conectar con los lectores. Y sobre todo, queremos ayudar a nuestra editorial. Es un trabajo en equipo. Ellos nos han dado confianza y nosotros se la vamos a devolver con nuestra implicación. Ya no existe el escritor, que se cruza de brazos, éste casi tiene que ser un agente literario que conecta las técnicas del community manager, es decir que se mueva como pez en el agua en las redes sociales. Los tiempos han cambiado.

Coge papel y boli y ve las librerías, a los centros tipo Fnac, o grandes almacenes, y haz una lista de editoriales, mira sobre todo la línea editorial. Si llevan teatro, no pierdas el tiempo mandando novela. No desesperes. ¿No te lo había dicho?......Paciencia, Paciencia y más paciencia.......Los “noes” son tus alíados, también van en la maleta y debes ser inmune a ellos.

Mejora, retoca, el camino es largo, y sólo quedarán los que tienen fé y fuerza. Comienza a enviar manuscritos, vía e-mail, vía sobre físico. Haz presentaciones serias, si ven “dibujitos” en la portada, ni se molestarán en leer. Crea una sinopsis y una biografía. Sé conciso. No vendas tu manuscrito. El tiene tanta fuerza que lo hará sólo.

A la vez que haces esto, mándalo a productoras audiovisuales si ves que puede servir para ese medio. No te quedes en tu país. Vivimos en la globalización digital.
Incluso compra literatura por e-book, no te asustes de lo que antes no hacías, el ser va cambiando con las experiencias. Todo está cerca. Igual que la editorial te elige a ti, y tú eligiras a tu editorial.

No te vendas al mejor postor. Tú vales. Y un día pasará como en el caso de 39 cafés y un desayuno. Llamarán a tu puerta tus contactos. Siempre hay alguien a quien enamoras. No hay suerte. Sólo suerte trabajada. La editorial querrá acunarte, y la productora coger tus personajes y darles vida.

Entonces en ese momento gritarás al mundo como Herman Hesse: ¡Quiero ser ganada!



Lidia Herbada es periodista y autora de 39 cafés y un desayuno (Editorial Paréntesis)

Premio-Finalista Internacional Grup Lobher "Redes Antisociales"
Premio-Finalista de poesía Centro poético "Tú voz en mi"
Jurado XIII Concurso de Literatura Epistolar (con Goma Espuma)
II Premio Digi Book " Fuera de Cobertura"
Columnista de la Revista Cultural Experpento.

Puedes contactar con Lidia a través de los siguientes enlaces:

www.facebook.com/39cafésyundesayuno

http://www.parentesiseditorial.com/39cafesyundesayuno/index.html

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1 comentario:

  1. Coincido plenamente. Más allá de que nos guste un género en particular y que nos guste escribir sobre él, siempre hay que leer de todo, desde el cartel de tránsito hasta el clásico más antiguo. Y animarse a escribir de todo, eso ayudará a ampliar nuestros horizontes, nuestras mentes... y nuestras ambiciones ;-)

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