“El lenguaje erótico es fundamentalmente metafórico (sus labios eran dos trozos de pastel de ajenjo). ¿Por qué? Por su capacidad de ampliar el campo imaginario del lector, de aportar nuevas figuras que proyectan imágenes en el lector”.
Aprende a trabajar el erotismo en la novela. José de la Rosa (disponible en Amazon).
Hace pocos días leí la novela BUENAS
VIBRACIONES de Lisa Kleypas, y pude apreciar la eficiencia del uso de
la metáfora para describir momentos eróticos, e incluso, características
eróticas de un personaje.
“El comentario me arrancó una carcajada. Sí, era un sinvergüenza. Y era la primera vez que encontraba esa cualidad atractiva en un hombre. Nuestras miradas se cruzaron y Jack me regaló una sonrisa deslumbrante que podía haber sido clasificada como tratamiento para el aumento de la fertilidad. Mi estómago dejó un rugido a medias”.Buenas Vibraciones. Lisa Kleypas. Editorial Vergara.
Según la Wikipedia, la metáfora
es una figura retórica que consiste en denominar, describir o calificar algo a
través de su semejanza o analogía con otra cosa. Consta, pues, de tres
elementos:
* El tenor o término real es
aquello de lo que en realidad se habla;
* El vehículo o término
imaginario es algo que se asemeja al término real;
* El fundamento es la semejanza
entre el tenor y el vehículo.
Así, en la predicación metafórica
«Tus ojos son el mar», el sintagma los ojos es el tenor; el mar es el vehículo y el fundamento es el color azul oscuro de los ojos.
La sexualidad es un fenómeno
natural que la especie humana comparte con otros seres vivos, es un proceso
instintivo que posee un lenguaje propio (lenguaje del sexo). El erotismo es la
manera en que expresamos metafóricamente esa sexualidad; como si fuera un plato
de carne elaborado y condimentado de forma especial para que el comensal pueda disfrutarlo
de manera más gustosa, aunque en el fondo, siga siendo carne procedente de un
animal.
El erotismo se vale de la
metáfora para adornar y enaltecer una imagen primaria, para quitarle su perfil
vulgar y otorgarle belleza, y así pueda ser deleitada por el lector.
La censura social ha motivado el
uso de este recurso en la literatura, para evitar las expresiones obscenas y
condenables. Sin embargo, su aplicación nos ayuda a dar trascendencia al hecho
sexual, a incluir las sensaciones en ellos, para darle una figura más exacta al
lector.
“Jack me agarró con fuerza y siguió besándome, instándome a separar los labios. Su aliento tenía el fresco sabor de la menta.”Buenas Vibraciones. Lisa Kleypas. Editorial Vergara.
Si el lector alguna vez ha
probado la menta, es sencillo imaginar lo que produce ese beso en una persona:
un sabor fuerte, picante y refrescante, que te hace sentir a gusto.
“La canción que más me gusta en el mundo es tu risa, Anastasia”50 sombras de Grey. E.L. James. Editorial Grijalbo.
Aquí la autora no especifica el
tipo de música que le inspira el sonido de la risa del personaje, cada lector
puede ubicarla en su estilo preferido, en la melodía que le produzca mayor
bienestar, otorgando una imagen ideal para cada uno.
Las metáforas más efectivas son
aquellas que poseen un toque de originalidad. Es común que se armen frases
donde se asemejen los labios con los melocotones, o los cabellos con la seda, e
incluso, los ojos con el mar, pero ¿es posible utilizar otras imágenes para
diseñar metáforas que nos ayuden a describirlos?
Cuando decidas utilizar este
recurso intenta llegar más allá, que el vehículo o término imaginario puesto en
práctica sea novedoso, o al menos, no tan utilizado. Pero cuidando la relación.
No solo la imaginación te ayudará
en esta tarea, también la lectura, mientras más aumentes tu vocabulario, mejor
podrás jugar con las palabras.
Gracias por leerme, y feliz fin
de semana
Jonaira Campagnuolo
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