lunes, 3 de diciembre de 2012

Escribe, relájate y disfruta pero domina tu mente.




Si algo he aprendido durante estos dos años en Escribe Romántica es que para escribir hacen faltan tres cosas: semanas de trabajo duro, disciplina y perseverancia. Por separado pueden dar resultados satisfactorios pero si tienes la determinación de reunir las tres, es garantía de éxito. 

Para un escritor novel romper la resistencia mental, darse el lujo de escribir un primer mal borrador y luego dedicarse a pulir, no es tarea fácil. Muchos queremos escribir de manera profesional sin habernos graduado: sin haber terminado una novela. 

En mi última visita a Nueva York conocí a Amanda Faulkner, una mujer madura, con mechas californianas, algo hippie,  y dueña de un abanico de locas ideas que me hacía pensar que debía salir corriendo.  Pero el interés de Amanda por la novela romántica y su pasión al expresarse sobre el género fue tan contagioso, que no dudé en que seríamos grandes amigas.

En una de las extendidas conversaciones que mantuvimos le pregunté si tenía manías al escribir:

Creo que no… Yo trato de escribir en cualquier lugar. Las condiciones adecuadas no existen, Sianny, eso está en la mente. Si alguien quiere ser autor y espera escribir sin interrupciones, sin calor, sin mucho frío o cualquier excusa, aumentará la resistencia de sentarse a escribir por mucho que lo desee. No hay que depender de factores externos.

No pude quedarme de brazos cruzados ante aquellas palabras: 

Quizá se pueda, pero no te hace prolífico. Yo no podría escribir mientras un carnaval sucede a mi alrededor le respondí. Necesito un lugar en el que me sienta cómoda y eso no sucede todos los días.

Tienes razón, no es productivo cuando sales de tu zona de confort pero de algo estoy segura y es que fabricas disciplina. No tengas miedo de escribir cosas sin sentido, relájate, disfruta pero domina tu mente. Practica la teoría de los 21 días ¿La conoces? 

Asentí.  


Fue entonces cuando marqué una equis en el calendario para visualizar el compromiso al que me estaba sometiendo. Eran 21 días para romper y crear nuevos hábitos. Tal vez funcione, me dije. Solo es cosa de intentar hacer algo diferente por tres semanas, en eso consistía la famosa pruebita.

El objetivo: escribir de domingo a domingo sin importar donde me encontrara.

Temía lo peor, no había comenzado y ya mi cuerpo estaba indispuesto. Durante los primeros días mi ritmo de escritura era agonizante. Dos líneas, cerraba la portátil y a la cama. Tres líneas, guardaba el  Word y salía a entrenar.

Pensé que no lo lograría. Debía cumplir con el trabajo, la universidad, el atletismo.

Llegó la segunda semana y con ella mejoras. Deslizarme dentro de las sábanas sin haber escrito en todo el día resultaba un fastidio y me sentía culpable (estoy segura que ustedes conocen ese "algo" tan incómodo que no te deja en paz hasta que cumples con la cuota del día, es como si una extraña presión se acumulara en los dedos ansiosos por danzar en el teclado).

No sé si fueron esos 21 días, no sé si fue porque me relajé y escribí a mi propio ritmo, no sé si me estoy volviendo loca pero al fin logré disciplinarme.

¿Que escribí un párrafo? ¿Qué logré diez? ya no es primordial para mí. Aprendí que mientras escriba todos los días mantengo mi creatividad en forma y que se debe desarrollar músculo para estar a la altura de grandes autoras.

Sí, reconozco que mi escritura tiene mucho que mejorar, pero es ahora cuando siento la confianza de que algo ha madurado en mi cabeza y que escribir un mal borrador es más común de lo que imaginamos.


¡Hasta la próxima!



www.siannymckay.com




5 comentarios:

  1. ¡Que alentadoras palabras para este día lunes Sianny!

    Es muy cierto lo que dices. Yo tengo como un ambiente "ideal" para escribir. Lo que sería en mi habitación, o al aire libre sin nadie que me interrumpa. Pero pocas veces he podido conseguir ese ideal, por lo tanto considero que es algo mental, al igual que tu amiga Amanda Faulkner. Mi realidad es que vivo en una casa muy ruidosa, en la que extraña vez hay espacio siquiera para oir los propios pensamientos. Yo estoy acostumbrada a eso, y sé que los demás se espantan cuando les digo que escribo con música y con mi madre interrumpiendome cada un minuto. Pero esa es mi realidad.

    También procuro escribir un poco todos los días. Aveces solo sale una línea, pero al menos lo intenté. Pero aquellos días en los que simplemente no sale nada... al igual que tú siento un grado de culpa, que se manifiesta luego en una presión en la cabeza...
    La cual se desvanece apenas comienzo a escribir!

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  2. Hola Connie!

    Mi realidad es similar a la tuya: mi casa es bastante de ruidosa y encontrar algo de serenidad no sucede muy a menudo.

    Ahora descubrí que puedo bloquear el ruido externo, ser fuerte ante el imán que provocan las redes sociales y ya no me dejo seducir tan fácil por youtube. Pero lo que no logro todavía es que me interrumpan a cada minuto, eso evapora mi concentración, mi imaginación. De verdad, Connie, te admiro! ¿Cómo lo haces?

    Un beso.

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  3. cierto a mi el iternet me distrae cantidad pero sin el no logro escribir en la computadora es muy raro como que me distrae pero me anima pero este mes de noviembre fue terrible para mi historia casi no avance nada mejor me dedique a escribir episodios anteriores tal vez a a umentar anegdotas que vivieron mis personajes en el pasado o se cuando termine la novela

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  4. Hola chicas!
    Estoy totalmente de acuerdo con Amanda. Como primero escribo un borrador a mano, lo hago en cualquier parte. Al principio me deprimía porque no tenía el tiempo o la disciplina, pero cuando empecé a relajarme, y despreocuparme, todo mejoró, y las ideas fluyeron solas.

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  5. @frida, el internet es un sujeto a quien le debemos tener cuidado, el hecho que de nos ofrezca en bandeja de plata las redes sociales es algo para temer si no somos disciplinados :)

    @Pilar, me alegra que te identifiqués con las palabras de Amanda. Muchas veces nos presionamos sin ningún sentido y es cuando perdemos la perspectiva de disfrutar el camino.

    Besos a todas.




    Ciertamente ayuda pero debemos saber un equilibrio

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