miércoles, 16 de mayo de 2012

Sueños

La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido. Jorge Luis Borges

Antes de empezar mi entrada quiero pedir disculpas por mi ausencia este par de semanas, ustedes no saben cuanto los extrañé. Los asuntos mortales me tenían tan ocupada que no podía sentarme ni cinco minutos a escribir. Pero aquí estoy otra vez.

 En muchas ocasiones he leído o visto entrevistas donde las autoras declaraban haber soñado el libro o al menos una escena del mismo.

Yo no creía en eso hasta que me pasó a mí. No sé si esa escena de Café y Martinis la soñé con los ojos abiertos o cerrados, pero sé que la soñé.

 Siempre bromeo con mi esposo o mis amigas que yo sueño en 3D, con tecnología LED y con sonido Dolby Sorround 5.1.

Mis sueños son tan reales y vívidos que muchas veces me despierto desubicada en mi habitación sin saber donde estoy. La mayoría de las veces los recuerdo tan claramente que no sé si fue un sueño o un recuerdo. 

Hace un poco más de un mes soñé con lo que sé que será mi próxima novela.

Fue tan real, sentí la lluvia caer, sentí el viento golpearme el rostro… Esa mañana cuando desperté, llamé a una de mis mejores amigas para contarle mi sueño. Por supuesto, estaba en Londres, allá se va mi mente para crear, ya todos ustedes saben que Londres es mi Sam´s Town. Mi amiga rió y me dijo: “Pues anótalo, porque parece una historia muy linda”.

Así lo hice. Así que en algún tiempo sabrán de la historia y yo les diré que esa fue la historia que soñé. 

También he soñado con personas que en teoría no conozco (digo en teoría porque estudios científicos dicen que el cerebro no inventa rostros cuando sueña, los rostros que vemos en nuestros sueños, el cerebro los “grabó” inconscientemente, ya sea de una revista, una película o una persona que se nos cruzó en la calle) pero en mi inconsciente pienso que serían perfectos para tal o cual personaje.

 Existe también un momento exacto, justo antes de quedarme dormida, donde a mi cerebro le da por ponerse creativo (sé que a cada una le ha pasado, no se les ocurre nada en el día, pero justo antes de dormir, se les vienen millones de escenas a la cabeza).

Lo que recomiendan es tener una agenda a la mano y anotar todo en ese preciso momento. Pero vamos a ser sinceros, cuando eso pasa lo único que pensamos es: “Sí, claro”. Nos damos media vuelta, nos arropamos y nos quedamos dormidos.

 Solo una vez me levanté para escribir y fue porque tenía más de una semana tratando de resolver una escena, y la misma cantidad de tiempo sin dormir bien por esa razón. La solución me vino a la cabeza en ese preciso momento, justo cuando no sabía si estaba dormida o despierta, pero sentí que se encendió el bombillo sobre mi cabeza.

 Me tuve que levantar de la cama e ir a escribir a mi compu. Esa noche me acosté a las 4 a.m. con la cabeza vacía y una gran sonrisa en el rostro. Escribí 10.500 palabras.

 Yo soy una soñadora diurna por naturaleza, siempre estoy soñando despierta y creo que los sueños no solo vienen cuando estás acostada con los ojos cerrados. También creo que los sueños siempre están “ahí” como en un universo paralelo, solo esperando ser descubierto por nosotros, y el canal para alcanzarlo es la inspiración, lo que no mucha gente sabe es que la inspiración viene de la mano de la voluntad.

Por eso, en esta profesión tenemos que estar soñando constantemente, para hacer de estos sueños palabras, y que estas palabras se conviertan en los sueños de los demás.

 Un Abrazo y nos leemos la próxima semana

 Twitter: @OhHelenita Blog: letrasmusicayamor.blogspot.com

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5 comentarios:

  1. Como siempre describiste cosas que me han pasado y lo seguirán haciendo. Muchas gracias por tomarte el tiempo para ayudarnos a encontrar nuestro camino...

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  2. Me uno a su grupo chicas.
    A mi me suele pasar cuando estoy escribiendo una novela, sueño a menudo despierta y llega un punto donde todos los personajes involucrados parece que se pelean por llamar mi atencion.

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  3. De acuerdo contigo completamente!!!!
    Yo también soy soñadora y no me importa el momento del día, siempre lo estoy haciendo. A veces cuando voy en el bús,me pongo loa audífonos y escucho música. En ese momento "A soñar se dijo" pienso en toda clase de escenas para mi relato o novela.

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  4. Yo soy otra de las que viven en una continua fase de sueño REM. Dormida o despierta siempre tengo mil escenas en mi cabeza. Y cuando me pongo a escribir una historia… bueno, entonces sus personajes se convierten casi en miembros de mi familia ¡Paso tantas horas al día con ellos!

    Me encantó el articulo, especialmente por la conclusión final. Estoy totalmente de acuerdo. Por mucho que tengamos una cierta facilidad para imaginar e inventar historias no podemos dejar de trabajar. Convertir esas imágenes que tenemos en nuestra cabeza en palabras es un proceso muy hermoso, pero también muy difícil.

    Como suele decirse: “si las musas vienen a visitarme mejor que me pillen trabajando”.

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  5. Cada vez que escribo una entrada me pregunto ¿Será que esto solo me pasa a mí? y cada vez descubro con alegría que no soy la única a la que le suceden esas cosas "locas".
    Carmen, lo de la música en el bus es totalmente mi vida. Para mi salir al mundo exterior es ponerme los audífonos y mirar al mundo como si fuese mi propia novela (con soundtrack incluido).
    Gracias por su participación y por compartir sus pensamientos conmigo.

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