viernes, 30 de noviembre de 2012

Cómo describir sentimientos con ayuda del lenguaje corporal




Una de las máximas que determina si un autor escribe con verdadero estilo es el uso adecuado del lenguaje. Y no solo por saber manejar las reglas básicas de escritura, sino por hacer uso de un rico vocabulario, sencillo y variado, que le permita comunicar las ideas y al mismo tiempo hacer disfrutar al lector.

Los lectores buscan entretenimiento en una novela, les gusta viajar de la mano del escritor por parajes exóticos, conocer a nuevas personas, vivir situaciones emocionantes; les encanta la intriga, los conflictos, descubrir misterios, resolver problemas. Enamorarse. Quieren entender a los personajes, saber sobre sus manías, debilidades y fortalezas. Al lograr esa “relación”, el enganche con la trama es inminente.

Para que esta situación se logre, la descripción de los personajes es básica en el proceso de escritura. Así como su físico, sus gestos, movimientos y el lenguaje corporal que utilizan para comunicar sus sentimientos a los demás tienen gran peso en la historia.

Anthony Percival en su artículo Lenguaje corporal en El Capitán Alatriste expresa: “En el texto literario, donde todo signo es potencialmente significativo, el lenguaje corporal puede aclarar aspectos de los personajes y de sus interacciones con otros y los espacios en que se mueven”.

El lenguaje corporal nos revela cómo se siente un hombre. Nos da pistas acerca de sus deseos, sus miedos y sobre su carácter. En las novelas donde se aplica la narración en primera persona llegamos a conocer a la perfección al protagonista que narra, ya que sabemos de primera mano que siente o padece, pero el resto de los personajes queda relegado a un segundo plano. Sabemos de ellos a través de lo que mira el actor que cuenta la historia. ¿De qué manera lo hace? A través de la representación de sus posturas, miradas, tono de voz, guiños, respiración, gestos, movimientos, etc. Cada uno de esos detalles nos “hablan” sobre el actor y sus intensiones. 

 
Al desarrollar una historia romántica nos valemos de una mirada intensa, o de reojo, y de forma insistente para reflejar interés; si se realiza de manera eventual, procurando que el observado no lo note, podemos revelar curiosidad, timidez y deseo de conocerle. Una sonrisa transparente puede expresar simpatía, sensualidad, complicidad. Una postura cercana, una mano en la cintura o sobre los hombros, o tal vez, entrelazar los dedos de las manos entre dos personas, se puede señalar interés, dominio y confianza. Incluso, el comportamiento de un personaje hacia otro puede manifestar sus sentimientos. Por ejemplo, si se coloca bien la corbata antes de ir a hablar, o se arregla el pelo, son síntomas de que le quiere agradar y que su opinión le importa.

Aquí les dejo otros ejemplos de lenguaje corporal que pueden utilizarse para expresar sentimientos y emociones. Muchos fueron tomados del artículo: Lenguaje Corporal. Espero les sirva.

El rostro:
·         Parpadear constantemente denota vacilación e inseguridad.
·         Una mirada directa, manteniendo siempre contacto visual con los ojos de su interlocutor, revela decisión, sinceridad y valentía.
·         Morderse los labios o humedecérselo con la lengua, son muestras de timidez, inseguridad, titubeo e indecisión.
·         Mantener la boca cerrada mientras escucha a su interlocutor denota calma y seguridad en sí mismo; en cambio, la boca abierta y la mandíbula caída, sugieren nerviosismo, prisa, asombro y sorpresa.

Tono de voz:
·         Un tono de voz demasiado bajo (inconscientemente) sugiere timidez, poca capacidad de decisión, inseguridad. En cambio, un tono de voz moderadamente alto y audible en todo momento revela seguridad, dominio de lo que se ha expresado y con ello se logra firmeza de concepto.
·         Bajar el tono de voz controladamente obliga al interlocutor a prestar atención. Mantener la calma en momentos de confrontación con un tono de voz uniforme y dominando los movimientos del cuerpo, ejerce un dominio absoluto de la situación.

 
Postura del cuerpo:
·         Una posición inapropiada y movimientos constantes y abruptos, denotan intranquilidad, nerviosismo, temor, falta de control. La gente que sabe sentarse y que controla sus movimientos mientras está sentada, denota tranquilidad, seguridad y más sentido común. Los que no logran mantener una misma posición mientras están sentados, mueven sus brazos y manos con frecuencia generalmente se les califica como irresponsables y erráticos.
·         La rigidez del cuerpo es evidencia de tensión, nerviosismo y agresividad.
·         Si desea expresar un estado de alerta total coloque ambos pies sobre el piso al sentarse, los brazos sobre las rodillas e inclínese ligeramente hacia delante; esta situación además, sugiere un control absoluto sobre una situación determinada.
·         Mantener las piernas cruzadas y balancear una de ellas sugiere nerviosismo, impaciencia, timidez y temor.
·         Ocultar las manos en los bolsillos, detrás de un bolso o chaqueta sugiere timidez, falsedad y temor.
·         Ponerse de pie inmediatamente que alguien entra en una habitación para producirse un primer encuentro, coloca a la persona en el mismo nivel de la que va a saludar.
·         Colocarse de pie fuera del campo visual del interlocutor lo inquieta y lo obliga a tratar de adivinar cuáles serán sus intenciones.
·         Arreglarse el pelo con la mano es un gesto muy femenino; sugiere provocación discreta y coqueteo.
·         Ajustarse el nudo de la corbata con la mano es un gesto masculino. Igual que arreglarse el pliegue del pantalón, las solapas de la chaqueta, el pañuelo en el bolsillo de la chaqueta, etc.
·         Acariciar un objeto determinado inconscientemente es un gesto que denota sensualidad, es un gesto típico de los individuos de sexualidad desarrollada.
·         Una sonrisa con una mirada directa y prolongada (10 segundos o más) sugiere provocación discreta y coqueteo.
·         La clásica mirada de arriba a abajo es característica de la persona que es muy sensual. Y si se hace de forma despectiva, alzando una ceja, denota desprecio.
·         La palma de la mano abierta en todo momento es un gesto característico de las personas sinceras.
·         El puño cerrado revela tensión, nerviosismo, se oculta la verdad.
·         Los hombros caídos sugiere depresión, incapacidad para hacerle frente a ciertas situaciones en la vida.
·         Si la persona se sienta con las dos piernas unidas paralelamente denota una personalidad cuidadosa y ordenada.
·         Si el individuo cruza la pierna en un ángulo de 90º al nivel de la rodilla es ambicioso y competitivo. Es una actitud poco común en las mujeres.
·         Si la persona se sienta sobre una pierna sugiere una personalidad muy conformista, a quien no le es fácil tomar decisiones.
·         La mujer que se sienta con las piernas abiertas revela independencia, un concepto muy definido de su imagen.
·         El cigarrillo apretado entre el pulgar, el índice y el dedo del centro denota una personalidad intensa, intranquila y errática.
·         Los cónyuges que se tocan constantemente en público expresando amor es una manera de comunicar precisamente la inseguridad que amenaza esa relación.
·         Si los miembros de una pareja apenas se tocan o miran la relación es bastante fría. Es posible que existan serias diferencias emocionales entre sí.
·         La persona que camina muy a prisa sugiere una personalidad dinámica, inquieta, ansiosa por cumplir metas que se ha trazado en un tiempo determinado.
·         Si el individuo camina con pasos vacilantes y no mantiene una relación recta al caminar denota una personalidad vacilante, errática, insegura, tímida y cansada por los embates recibidos en la vida.
·         Cuando se llama la atención por la ropa y forma en que uno se viste no solo se proyecta una personalidad exhibicionista, sino se demuestra un carácter rebelde independiente.
·         Jugar con un lápiz o un objeto cualquiera es evidente que lo que esta persona nos provoca es nerviosismo, inquietud, ansiedad, estamos tratando de ganar tiempo y preparándonos para dar una respuesta adecuada.
·         Mirar el reloj mientras se habla denota prisa e intranquilidad.
·         Los estudiantes que se sientan en los primeros asientos del aula revelan receptividad a lo que les enseña el maestro, tienen intenciones de aprender y participar.
·         Tamborilear los dedos sobre una superficie denota intranquilidad, impaciencia.
·         Poner los pies sobre la mesa denota relajamiento total, control absoluto.
·         Echarse hacia atrás en una butaca sugiere confianza en uno mismo.
·         Pisadas repetidas en el suelo mientras se está estático sugiere nerviosismo, impaciencia, intranquilidad. Se está acumulando tensión y es posible que ésta estalle en cualquier momento.

¡Feliz viernes!
Jonaira Campagnuolo


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4 comentarios:

  1. ¡Tenéis toda la razón!
    Estos pequeños detalles son muy importantes aunque no lo parezcan, y los describís muy bien!
    ¡Me sirven mucho!
    ¡Gracias!

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  2. ¡Genialmente expuesto!

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  3. Muchisimas gracias por la info!

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