lunes, 16 de enero de 2012

Cómo sacar el máximo partido a tus sesiones de escritura



Al menos a primera vista, escribir novelas no parece una actividad compatible con la vida cotidiana intensa y agitada de esta época. Consume tiempo, energía, concentración, imaginación. Es un ejercicio de paciencia y dedicación: crear, planear, escribir, corregir, pulir, editar.

Sin embargo, creo que solo es cuestión de organizarse y seguir un sistema. Cualquier persona que lo desee puede convertirse en novelista, y cualquier autor de novelas puede mejorar su rendimiento actual.

Cada uno de los siguientes métodos me han ayudado a escribir mejor y más rápido, y han hecho que mis sesiones de escritura sean más tranquilas, placenteras y prolíficas.

Confía en mí, la misma novela que escribes en seis meses, se puede escribir en tres, y sin sacrificar un ápice de calidad.

Estas técnicas funcionan con una única condición: debes integrarlas a tu vida cotidiana para transformarlas en hábitos.

Si las implementas de a poco y con constancia, te garantizo que este año será el año más productivo de tu vida.


Definir tu espacio de escritura



A muchos nos cuesta sentarnos a escribir, pero una vez que comenzamos ya nadie nos detiene. A otros nos resulta difícil avanzar porque cada pocos minutos algo o alguien nos interrumpe.

¿Sabías que necesitamos unos quince minutos de atención continua para recuperar el mismo nivel de concentración profunda que teníamos antes de la interrupción?

Si queremos sacar el máximo partido a una sesión de escritura, no podemos darnos el lujo de perder esa cantidad de tiempo. Por eso la primera condición para optimizar nuestro tiempo es crear un ambiente cómodo y libre de interrupciones.

Esto se puede hacer de varias formas. La primera opción es aislarte en una habitación de tu casa o, si eso no es posible, acordar con la familia un período de tiempo fijo por día en el que te dejarán el uso exclusivo de una habitación determinada.

La segunda opción es salir a escribir a un lugar público. El ruido ambiente y el movimiento a tu alrededor es muy propicio para actividades creativas. Como tu mente sabe que ninguno de esos estímulos necesita una respuesta directa, puede bloquearlos más fácilmente.

Si tienes un Starbucks en tu ciudad, mi recomendación personal es que lo transformes en tu oficina.

Los parques y plazas también funcionan, pero en menor medida. La temperatura ambiente es un factor que a menudo nos impide concentrarnos, por tanto siempre que puedas elige un ambiente acondicionado.

Otro modo de aislarnos es acústicamente. En el artículo Dos herramientas gratuitas para escribir más y mejor te recomendé un generador de ruido blanco que te ayudará a profundizar tu concentración de manera inmediata.

Una vez que tienes tu espacio definido, el siguiente paso es crear una rutina específica.


Definir una rutina de escritura



Una vida rutinaria no siempre significa una vida aburrida. Una rutina simplemente puede ser un marco de referencia para actuar más libremente. Unas condiciones que no cambian y que nos permiten hacer aquello que nos gusta sin preocupaciones.

La rutina para escribir consiste en tener un horario fijo y ciertos espacios previsibles.

Pero sobre todo consiste en cultivar el hábito de sentarse a escribir.

Aprender a pensar delante de un ordenador no es fácil. Ordenar palabras en oraciones coherentes requiere de un esfuerzo mental muy grande. Y cada vez que nos enfrentamos a un esfuerzo grande, hay resistencia.

La primera señal de esta resistencia es encontrar todo tipo de excusas para explicar que no puedes sentarte a escribir.

Hay muchas técnicas para superar esta resistencia, pero la única que nunca me ha fallado es dividir la sesión de escritura en períodos muy breves. Si me digo: “Solo escribiré durante cinco minutos y luego me levanto para seguir con mis cosas”, mi mente se tranquiliza y baja su guardia.

Esto se conoce como la técnica Pomodoro, en la que se realiza una actividad durante 15 minutos y cuando se cumple el tiempo estipulado te detienes y descansas durante cinco minutos. Puedes leer más sobre esta técnica en mi artículo Dos herramientas gratuitas para escribir más y mejor.

No hace falta que fijes el tiempo de escritura en 15 minutos. Realiza tus propios experimentos para encontrar el número exacto de minutos que te ayuden a alcanzar la máxima concentración. Mis experimentos, por ejemplo, me enseñaron que mis sesiones más productivas son de 40 minutos. Y si estás comenzando a formar el hábito de escribir, puedes programar microsesiones de 3 minutos para minimizar tu resistencia a escribir y ejercitar tu habilidad para hacer foco en una tarea.

Ya tenemos un espacio y un tiempo diario para escribir. Ahora veamos algunas estrategias para aumentar nuestra productividad.


Objetivos de escritura



El único modo de medir tu progreso es trabajar con objetivos diarios, semanales y mensuales.

No pienses más allá del mes. La idea es que al principio te habitúes a alcanzar metas pequeñas.

Puedes planear proyectos a largo plazo si lo deseas, pero para que sean realmente efectivos, tus objetivos deberían poder medirse fácilmente a corto o mediano plazo y ser específicos.

El conteo de palabras es un buen método para definir objetivos de escritura, mucho más efectivo que el conteo de páginas.

Lo primero que debes hacer es medir tu producción actual. Tómate una semana para observarte a ti misma y recoger los siguientes datos:

¿Cuántas palabras escribes por sesión de escritura?
¿Cuántas palabras escribes por día?
¿Cuántas palabras escribes por semana?


Para que el objetivo sea válido debe al mismo tiempo ser alcanzable y provocarte un poco de incomodidad.

Por ejemplo, si tu producción actual es de 500 palabras por día y te propones como objetivo alcanzar 3000 palabras, pero te das una semana de plazo para hacerlo, es probable que te estreses tanto que dejes de escribir durante un tiempo.

Si por el contrario, te propusieras escribir 550 palabras por día, no tendrías la motivación suficiente para hacer el esfuerzo porque el resultado a alcanzar no se diferencia demasiado de tu estado actual. En este caso, doblar la cantidad de palabras sería un objetivo ideal: es alcanzable pero a la vez te obliga a salir de tu zona de comfort.


Motivación



Nuestra mente es como un niño, necesita desfíos constantes para no aburrirse.

Cuando escribimos una novela, es inevitable que llegue un momento en que las ideas pierden frescura y se nos vuelve imposible usar el entusiasmo inicial como el único combustible de nuestro trabajo.

Hablar sobre nuestro proyecto es una manera de encontrar motivación. Podemos hacerlo con la familia y con amigos, pero también con nuestros colegas o con nuestros lectores, en blogs, en redes sociales o en el taller literario de nuestra ciudad.

Otro modo de reavivar el fuego del entusiasmo es participar de desafíos públicos al estilo del NaNoWriMo (National Novel Writing Month) en el cual se comienza a escribir una novela con el objetivo de terminarla en 30 días y se reporta públicamente los avances diarios y el resultado final. Se realiza una vez por año en el mes de noviembre y te puedes inscribir en los grupos de NaNoWriMo en español o incluso formar tu propio grupo (y también tu propio desafío).


Planear tu sesión de escritura



Puedes ahorrar mucho tiempo si cada vez que finalizas una sesión de escritura planeas la siguiente.

Para obtener los mejores resultados, hazlo por escrito y en papel. Puedes escribir el plan no bien terminas con tu sesión de escritura actual o antes de ir a dormir.

Por ejemplo, si finalizaste una sesión en mitad de una escena preocupada porque no sabes muy bien cómo continuar, puedes escribir en el plan de la siguiente sesión:

revisar la escena actual, ¿tiene relación con las escenas anteriores?, ¿qué es lo que falla?

si no puedo continuar en orden, escribir el final de la escena y luego volver hacia atrás

en caso de que no pueda continuar de ningún modo, saltar a otra escena y volver a la actual pasado mañana


Las preguntas, además de ayudarte a situarte de forma inmediata en las tareas de la siguiente sesión, son una señal para que tu subconsciente continúe trabajando en el problema mientras tú descansas. Por eso es recomendable planear la sesión el día anterior, para que tu subconsciente pueda generar ideas mientras duermes.


Manejar tus proyectos de escritura



Organizar tus proyectos te permitirá avanzar sin complicaciones innecesarias.

Puedes enfocarte en un solo proyecto de principio a fin (esto es lo ideal), pero también puedes llevar adelante dos o incluso más proyectos a la vez, siempre que puedas manejarlos de manera que un proyecto no interfiera con el otro.

Si manejas más de un proyecto, es recomendable que dediques cada sesión de escritura a un único proyecto. Recuerda lo que te dije acerca de los quince minutos que tu mente necesita para volver a recuperar su nivel óptimo de concentración. Si cambias de proyecto en mitad de la sesión, desperdiciarás minutos preciosos de tu tiempo. En cambio puedes asignar días específicos para cada proyecto, o decidirlo en el momento de planear tu sesión.

Para gestionar mis proyectos utilizo carpetas. Pero no hablo de carpetas virtuales. Me refiero a carpetas que puedas abrir, cerrar y tocar con las manos.

Usar carpetas de distintos colores me ha ayudado a mantener mis diversos proyectos separados, ordenados y siempre al alcance de la mano. En una carpeta puedes guardar el outline o plan de tu novela, papeles sueltos con ideas, fragmentos de diálogos y escenas, biografías de los personajes, documentación histórica, geográfica o sociológica, etc.

Esto también se puede hacer con libretas, pero no es tan conveniente como trabajar con carpetas que te permiten incorporar fácilmente recortes de diarios y revistas, calendarios, fotos, y cualquier otro material que se relacione con tu proyecto.

Tener una versión física de tu proyecto le da a tu subconsciente un sentimiento adicional de seguridad y una dimensión espacial muy necesaria para no abrumarte con una sobrecarga de información difícil de procesar.

Te recomiendo poner en práctica estos consejos a partir de hoy.

Aumentar tu productividad hará que alcances tus objetivos más rápido y te dará una nueva sensación de poder y bienestar que tendrá el efecto inmediato de multiplicar tus deseos de imaginar, crear y escribir.

Para comenzar, elige solo una de las técnicas, aquella que te resulte más fácil de implementar, y practícala durante esta semana.

Si incorporas y prácticas una técnica nueva por semana, en menos de dos meses estarás escribiendo el doble de lo que escribes ahora.

Vale la pena intentarlo.

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4 comentarios:

  1. Muy bueno el artículo de hoy. La verdad que hay muchas técnicas que voy a poner en marcha, creo que empezaré por el de manejar mis proyectos de escritura, tengo más de uno y quisiera enfocarme de a uno a la vez, quizás si organizo mejor mi información, pueda mejorar mi rendimiento. Gracias por la ayuda que brindás a las noveles!

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  2. Organizar tus proyectos es un excelente comienzo. Si aprendes a priorizar tus proyectos, te asombrará cuánto mejora tu rendimiento.
    Mucha suerte y gracias por leernos!

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  3. Me encanta su pagina. hacen un trabajo agradable como para leer y ver.. Tengo 17 años y me encanta leer. De hecho sueño con ser escritora, pero no se, me da miedo empezar a escribir cosas sin sentido y desilusionarme.

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    Respuestas
    1. Anónimo, no tienes porqué desolucionarte, este es el primer síntoma del bloqueo. No te presiones, una hoja a la vez, una palabra a la vez.
      Desde Escribe Romántica te animamos a que no dejes tu sueño de convertirte en escritora.

      Un beso enorme,

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