Lo peor es cuando has terminado un capítulo y la máquina de escribir no aplaude.
Orson Welles
Hace unas entradas atrás hablé del “Lector Ideal”, inspirada en la lectura del libro de Stephen King, “Mientras Escribo”. En él se explicaba que el lector ideal es aquella persona a la que tú le das todos tus escritos para que los lea y luego esperas su reacción para saber si tu escritura es genial o no sirve para nada.
Cuando leí al Sr. King y al lector ideal, reí. Porque yo también tengo a mi lectora ideal. En algún momento de mi proceso de escritura pensé que, como era la primera vez que escribía, era un poco de inseguridad de mi parte. Y necesitaba alguien que me confirmara que lo estaba haciendo bien… o mal. Algo normal en un escritor novel.
¡Resulta que no! Todos los escritores tenemos un toque de inseguridad y junto con el ordenador, el papel y el lápiz, el lector ideal es parte importantísima del proceso creativo.
El lector ideal es esa persona a quien va dirigida nuestra escritura. No necesariamente es nuestra musa, pero sí es la persona en la que pensamos cuando le ponemos punto y final a una escena fantástica, y decimos “¡Me encanta! A fulan@ le va a encantar esta escena”. Ese fulan@ es tu lector ideal.
El lector ideal no es ideal porque alabe todo nuestro trabajo. Al contrario, es la persona que analiza el texto de manera fría y nos dice que algo no tiene sentido o que la trama es débil. Ojo, nuestro lector ideal no es corrector, es nuestro primer espectador.
También reí cuando Stephen King habló de las ansias del escritor de mostrar el trabajo recién terminado porque sabemos que nos quedó magistral. ¡Es cierto! Cuando sé que una escena me quedó buenísima, le doy guardar y enseguida lo envio. Ni siquiera lo reviso, ni veo si tiene errores ortográficos. ¡No, está perfecto así! Y mi amiga Stefi lo tiene que leer, pero ¡Ya!
King usualmente recomienda escribir “a puerta cerrada” y luego “a puertas abiertas”. Es decir, el primer borrador es para el escritor. Luego se debería dejar unas seis semanas para luego retomarlo con un ojo más analítico. Luego de hacer las respectivas revisiones de ortografía es que es posible enviarlo a tu lector ideal para que analice fondo y no forma.
Debo confesar que esta recomendación no me agrada mucho. ¿Cómo voy a escribir todo el libro, esperar seis semanas, revisar y lueeeeego es que se lo puedo enviar a mi lectora ideal? No puedo. No aguanto tanto tiempo. Claro por algo el señor tiene treinta años escribiendo y es un escritor consagrado. Algo debe tener de razón.
Y, como novata, debo decir que hago lo posible por seguir su recomendación, y lo más lejos que he llegado es a escribir una escena, revisarla y enviarla. Por lo menos ahora la reviso.
El lector ideal es una de esas tantas cosas que une a todos y cada uno de nosotros en el mundo de la escritura, no importa si llevas toda una vida escribiendo o solo dos meses.
Son esos detalles que te hacen sonreír cuando lees a un autor consagrado y descubres que tiene tus mismos hábitos, costumbres o rituales. ¿No te hace sentir que algún día estarás en su lugar?
Un abrazo
Nos leemos la próxima semana.
Twitter: @OhHelenita
escribirtodaunaaventura.blogspot.com
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