Por Isabel Cristina Acuña Caballero, desde Barranquilla, Colombia
He aquí las dos caras de una misma moneda, por lo menos en mi país: Colombia, debido a esta guerra sin sentido entre hermanos, que puebla nuestro campo y a veces llega a las ciudades, traspasando los límites de lo inenarrable, por las tragedias ocurridas a unas sencillas personas que solo estuvieron ahí en el lugar y el momento equivocado.
Después de este triste panorama, es algo difícil saltar a una historia de amor. Pero en medio de este conflicto que nos azota, hay bellas historias que vale la pena narrar. Los buenos somos más, y así nos duela profundamente nuestro país, los relatos de amor están ahí, listos para ser plasmados en el papel y ojalá con un final feliz (con el perdón de la crítica que toma muy poco en serio esta clase de novelas, pero no me voy a extender sobre ello hoy).
En medio de toda esta problemática, decidí empezar a escribir historias de amor.
Sí, me considero una incipiente aventurera en el largo y tortuoso camino de la escritura.
Creo fervientemente en la redención de las personas a través del amor y me gusta crear personajes fuertes, con personalidades dominantes, que lo hagan todo por amor... no solo sacrificarse por la otra persona, sino también vencer sus propios demonios personales y que sirvan para dejar un mensaje de esperanza en este mundo tan convulsionado.
Creo en el perdón y en las segundas oportunidades.
No es fácil amar en medio de la guerra: se prueban lealtades, se abren heridas, se soporta toda clase de necesidades y, en algunos casos, se sufren mutilaciones físicas y emocionales que cambian a la gente para toda la vida.
Sin embargo, las historias de amor más hermosas de la literatura han tenido como marco la guerra.
Sin ir más lejos, quién no ha disfrutado de los amores de Reth Butler y Scarlett O´Hara en Lo que el Viento se Llevó de Margaret Mitchell, o del gran amor de Tatiana Metanova y Alexander Barrington en Jinete de Bronce de Paulina Simmons, o los amores contrariados del sensible y bueno doctor Zhivago y la preciosa enfermera Lara en la obra Doctor Zhivago de Boris Pasternak...
Y así podríamos enumerar cientos de novelas.
Disfruto enormemente del género romántico y me gusta escribir acerca de lo que disfruto. Entro en la piel de sus protagonistas y me sumerjo totalmente en la historia y sé que a miles, tal vez millones de mujeres, les pasa lo mismo.
No tiene nada de malo soñar.
A veces, con el trabajo, los hijos y las obligaciones es difícil conservar la magia... que reencontramos de pronto en una de estas novelas que reflejan nuestros más profundos anhelos y esperanzas.
Siempre habrá una historia de amor para contar.
Nací en Santa Fe de Bogotá, Colombia, el 29 de Noviembre de 1963. Estoy radicada en la actualidad en la ciudad de Barranquilla. Estudie Bacteriología, carrera que ejercí por más de 15 años. Soy una apasionada de la lectura desde los once años; cuando recibí mi primera novela de regalo: La María, de Jorge Isaac. Entre mis libros favoritos se encuentran: El amor en los tiempos del cólera, Los pilares de la tierra, El Faro de Alejandría y El Jinete de Bronce. Además de leer me encanta escribir, sé que es un camino largo y de mucho aprendizaje, pero cuando amas algo tratas de vencer todos los obstáculos. Me gusta escuchar música y caminar con mis amigas. Estoy felizmente casada hace 22 años y tengo dos hijos, que ya van a la universidad.
Tengo una obra publicada en Editora Digital, llamada Una Mujer Enamorada, bajo el
pseudónimo de Christine Martin.
Es cierto, recuerdo una serie preciosa de novelas románticas, que se inicia con EL JINETE DE BRONCE de Paulina Simons, que transcurre durante la Gran Guerra. Un beso y muchos éxitos a la autora.
ResponderEliminarEs un gusto conocerla y le deseo todo lo mejor.
ResponderEliminarEs increíble en la época en la que vivimos y sigamos siempre con guerras y atrocidades, adonde ira este mundo.
besos ^ ^
Muchas gracias por los comentarios.
ResponderEliminarUn beso.
Me encantó
ResponderEliminarYo también creo en el amor, el perdón y en las segundas oportunidades
Cris Te felicito por cada una de tus novelas, por cada uno de tus logros.
Te mando un beso grande y se Que Dios tiene mil bendiciones preparadas para ti
Juli Valcárcel